El Tigre del Quequén (Felipe Pascual Pacheco) fue un gaucho malo, de pasado tumultuoso típico de fines de siglo XIX en la Provincia de Buenos Aires.
Eduardo Gutierrez (escritos y periodista) escribió su historia, mezclando realidad y fantasía.
La vida errante y desordenada lo llevó a matar un hombre al defenderse en un pleito, por lo que le inician una causa criminal; al trasladarlo a prisión se escapa, se reúne con su familia y se establece en Necochea donde trabaja como resero.
Se debe defender de gauchos provocadores que acrecientan su fama de matrero; lo persiguen por años y se refugia en una cueva a orillas de río Quequén.
Por su fuerza y habilidad para evadir celadas se lo apoda "El Tigre del Quequén".
En 1875 es atrapado en su guarida quedando detenido.
Lo imputan de muchos delitos pero solo se le prueban un asesinato y una fuga.
En 1880 queda en libertad por buena conducta y problemas de salud.
Se le pierde el rastro hasta 1887 donde lo ubican en La Pampa trabajando como peón y amansador de caballos; allí era valorado y nunca tuvo un altercado.
Tiene una nueva esposa y 6 hijos; se dedica al trenzado de sogas, y va a reuniones camperas donde se destaca su caballo y emprendado.
Es reconocido y respetado; muere el 30 de noviembre de 1887 a los 77 años, el mismo día que nace su séptima hija de su segunda esposa.
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